viernes, 9 de marzo de 2012

Biografía de los componentes de la Generación del 27. Parte 3


Manuel Altolaguirre

Biografía:
Nació en Málaga en 1905. Cursó la carrera de Derecho. Desempeñó también otras profesiones, como de impresor, publicando colecciones tipográficas a mano de poesía en Madrid, París, Londres, La Habana y México.
 Aparte de Litoral, de la que fue Cofundador con Prados, publicó otras revistas importantes y destacables, como su mujer editó, en la colección Héroe, libros fundamentales de poesía. 
En 1933 obtuvo el Premio Nacional de Literatura por su libro La lenta Libertad. La guerra civil le llevó a expatriarse, marchando a América y residiendo principalmente en Cuba y posteriormente en México, donde continuó su labor como editor.  Vuelto a España en 1959, halló la muerte ese mismo año, junto a su mujer, en un trágico accidente de automóvil.

Dámaso Alonso

Biografía:
Nace en Madrid en 1898. Acumuló cargos, honores y recompensas a lo largo de su fecunda vida. Ha sido profesor conferenciante en las principales universidades de Europa y América.
En 1917 entabla amistad con Aleixandre y más tarde conoce a Gerardo Diego, García Lorca, Guillén, Salinas y Alberti.
Su primer libro de poesía, Poemillas puros. Poemillas de ciudad (1921), refleja, alguna influencia de Juan Ramón Jiménez y Antonio Machado. Aunque pertenece a la primera fase de la Generación del 27, época de predominio de la poesía pura, sus poemas tienen poco que ver con la tendencia esteticista y abstracta de aquellos primeros años, y en ellos dominan la sinceridad de la emoción, las notas de ternura y de humor, y aparece uno de los temas centrales de la poesía de Dámaso Alonso: el dolor humano, del desvalimiento del hombre frente al mundo.
Fuente: sapiens.ya.com


Biografía:
Nace en 1888. Es hijo de una familia de ingenieros de caminos. Fue colaborador en revistas y diarios madrileños.
Publicó sus primeros poemas a los diecinueve años, El poema eterno (Madrid, 1917), prologado por Ramón Pérez de Ayala.
En 1921 conoció a don Manuel Azaña, que dirigía entonces La Pluma, junto con el que sería su cuñado más tarde, Cipriano Rivas Cherif. Colaboró entonces en la revista y se inició así una entrañable amistad entre los tres que sólo terminaría con la muerte.
Más conocido como poeta, La corporeidad de lo abstracto lo llevó a la más alta fama.
Como tantos republicanos españoles, Domenchina murió en el exilio, pobre y olvidado, añorando Madrid.
Fuente:  sapiens.ya.com



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